viernes, 31 de agosto de 2012

Si se quiere, se puede.


Pablo Pineda, un ejemplo de igualdad y de inclusión académica

 Es el primer joven europeo con Síndrome de Down en obtener un título universitario.

 
Pablo Pineda Ferrer nació hace 37 años en Málaga, capital de la provincia de Andalucía, España. Su primera aparición pública fue en la película “Yo También”, que le valió el premio a mejor actor en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián; aquella narra la historia de un trabajador social enamorado de su compañera de labores. Hoy, Pablo es   para muchos chicos como él y más allá de los prejuicios, es un ejemplo de esfuerzo y superación personal.

Este malagueño se recibió hace poco tiempo de Licenciado en Magisterio y le quedan pocas materias para terminar el posgrado de Pedagogía, lo que lo lleva a consagrarse como el primer joven europeo con Síndrome de Down en ser egresado de una carrera universitaria. Pineda además dicta conferencias y ponencias acerca de su experiencia con el objetivo de despojar prejuicios y aportar conocimientos sobre su “capacidad diferente” y para que se respete la diferencia, aquella que muchos marcan, tal vez por ignorancia, por discriminación o por pura ingenuidad.

No conforme con esto, colabora con la compañía Adecco S. A. en Colombia para lograr que los líderes de las empresas vean las diferencias como oportunidades y como problemas o defectos; en este contexto, destacó la puntualidad y el espíritu cumplidor.

En una entrevista realizada recientemente, Pineda contó que su próxima meta es obtener su carnet de conductor para sumarle un paso más a la independencia y autosuficiencia que ansía. Además, afirma que le disgusta que su caso sea tratado como inusual o excepcional, ya que el mensaje que quiere inculcarle a los padres de los niños con su discapacidad, según lo dicho en la charla, es “que se puede” y que deben ser enseñados y estimulados por ellos.

Pablo Pineda Ferrer demuestra que se puede y que la estimulación a temprana edad para la inserción en la sociedad como un ciudadano más - cuando de hecho lo es – forma parte de la gran cadena de inclusión de la que el mundo habla actualmente. Si se quiere, se puede. Ni una palabra más, ni una menos.